miércoles, 25 de enero de 2012

Capitulo 52"Amenazas"

-Barbarita...te agarre por sorpresa verdad...-dijo dejando ver mejor su rostro, Bárbara abrió los ojos al ver sus cicatrices de quemaduras en parte de su pecho y cuello.
-Sapo? Es imposible...tu...tu estas muerto...es imposible que estés aquí...-dijo mirándolo de arriba a abajo, queriendo desacreditar su visión.
-Yo muerto?-pregunto burlonamente al señalarse a si mismo.
-Si..maldito infeliz...yo te mate...tu no puedes estar vivo...-dijo aturdida.
-Ya ves fierecita...no me mataste...-dijo riendo.
-Es imposible que estés aquí...vivo...yo te vi quemándote vivo...escuche tus gritos y tus suplicas para que te salvara...
-Si tu maldita perra intentaste acabar conmigo...pero no te quedaste a verme morir, me estaba quemando vivo...maldita perra!-el sapo le soltó una cachetada con toda su rabia, Bárbara lo miro con odio profundo llevándose su mano a su mejilla.
-Maldito perro!-dijo con toda su rabia-Como diablos te salvaste del infierno que te regale?-pregunto mirándolo-Por lo menos te deje un recuerdito..-dijo mirando sus quemaduras.
-Es una larga historia...-dijo acercándose a su cama.
-Si fuiste capaz de volver del infierno creo que tenemos tiempo...-dijo sarcásticamente y con una mirada marca registrada de la Doña.
-Barbarita...estas muy altanera dada la situación en la que estas...-dijo burlándose de ella.
-Habla de una vez maldito perro!
-Quieres saber que fue lo que paso desgraciada?-le pregunto sacando una navaja de su saco, dejando a Bárbara mirándolo retadoramente-Muy bien cuando tu me dejaste ahí...ardiendo entre las llamas, estabas muy ocupada ignorando mis gritos...hasta que escuchaste que llego la policía, y claro como no podías dejarte agarrar te escapaste..
-Y que? Esos imbéciles te vieron y te salvaron tu despreciable vida o que?-pregunto arqueando sus cejas-Vaya que fueron imbéciles de no refundirte en la cárcel...como el maldito asesino y violador que eres...
-Ya ves Barbarita las maravillas que puede llegar a hacer el dinero...tu lo sabes muy bien no?
-Por supuesto...cuanto abras pagado maldita rata...
-Cuida esa boquita Barbarita...-dijo apuntando la navaja a ella-Como te decía...los médicos me llevaron al hospital, con un dinerito logre hacer que me declaran muerto para no ir a la cárcel, así que para todo mundo estoy muerto...
-No te preocupes que muy pronto lo estarás...pronto estarás de vuelta al infierno del que no debiste salir...desgraciado...-El Sapo se acerco rápido a ella, y la tomo del rostro.
-Maldita perra...casi me mataste pero no lo vas a conseguir...-le dijo tomándola del cabello, pero Bárbara le tomo el brazo con el que la tenia agarrada.
-Tu eres el maldito infeliz que me mando a matar....-le dijo mirándose a los ojos.
-Sabia que eras astuta...-le dijo soltándola.
-Pero no lo conseguiste...y yo soy la que voy a acabar contigo...
-Te recuerdo que el que te tiene en sus manos soy yo...-la amenazo.
-Y eso cuando me a detenido?-le sonrió maliciosamente Bárbara.
-Es un riesgo que de todas maneras no pienso correr...-dijo jugando con su navaja.
-Así? Piensas matarme infeliz...poco hombre...-Bárbara le dio una de esas miradas que matan.
-Si...te voy a destruir...desgraciada....te voy a matar...con mis propias manos..-dijo sacando de su saco un revolver.
-Vaya que eres un imbécil...y de los grandes...matarme aquí?-pregunto burlonamente y con una voz llena de sarcasmo, con una sonrisa marca registrada suya-Mátame...para que todos sepan que estas aquí y que fuiste tu...así acabas el resto de tu miserable vida en la cárcel...
-Que no prestaste atención Barbarita? Según las autoridades yo fierecita estoy muerto así que si estoy muerto como podría matarte...según la policía yo morí quemado...así que como podría ser posible que fuera yo quien acabara con tu maldita vida?-pregunto cargando su arma.
-Así que nadie puede hacerte nada?-pregunto Bárbara disimuladamente metiendo su mano debajo de su almohada, con una cínica sonrisa ante el Sapo-Y dime como fue que te volviste inmune a las balas?-pregunto al tomar su revolver, sin dejarlo a la vista.
-Deberías tenerme miedo...te tengo en mis manos...
-Debería...tal vez...pero ya deberías haber aprendido que yo nunca hago lo que debería...-dijo sonriendo al cargar su arma dejaba de las sabanas.
-Sabes Barbarita...conocí a tus pequeños hijitos...-dijo jugando con su arma, Bárbara se tenso al escucharlo hablar.
-Con ellos no te atrevas a meterte infeliz!-le amenazo Bárbara.
-Y déjame decirte que son igualitos a ti Barbarita....gracias a dios que no se parecen al imbécil de su padre...eres demasiada hembra para Luzardo...no entiendo como fue que te fijaste en el...pero bueno...esos chiquillos son tan...inocentes....ni parecen hijos de una maldita bruja como tu,...dime algo que no entiendo que le paso a la Marisela?-pregunto paseándose por la habitación.
-Cállate maldita rata...-Bárbara sintió un nudo en el pecho, dudaba que no supiera que paso, estaba seguro que sabia la historia muy bien...
-Como tomo la palomita que el hombre que ama se caso con su madre, dime como se puso cuando su mami se caso con su amor...me imagino el poema de cara que habrá puesto cuando supo que estabas embarazada de Luzardo...pobre niña que desgracia tenerte como madre...
-Cállate maldito Sapo...no eres mas que una rata cobarde! Dudo que no sepas toda la historia...
-Te dio mucho gusto cuando tu hijita se mato...para que pudieras revolcarte con el imbécil de Santos Luzardo verdad perra?-se burlo el Sapo, provocando a Bárbara.
-Te voy a matar maldito perro infeliz!-Bárbara saco su revolver debajo de su almohada y le apunto al Sapo queriéndose ir contra el, pero el le puso una navaja en el cuello, para que no pudiera moverse.
-Cuidado muñeca que si  te mueves te corto el cuello aquí mismo...-dijo presionando el cuchillo contra su cuello, amenazándola.
-Hazlo cobarde...vamos tu sabes  muy bien como hacerlo.....corta esa vena y acaba conmigo de una buena vez...atrévete...-le decía Bárbara.
-No me retes Barbarita que un solo movimiento de mi mano y hasta aquí llegaste...
-No te atreves  cobarde...te falta valor desgraciado...eres muy poco hombre como para hacerlo...-dijo riendo.
-Y tu una maldita bruja...-le soltó una cachetada-Matarte es muy poco para lo que te mereces...lo que me hiciste me las vas a pagar perra...
-Que me vas a hacer? Vamos sapito dime...que piensas hacerme? Torturarme?-pregunto burlándose de el.
-Si...te voy a dar la muerte que una mujer como tu se merece...pero antes voy a hacer que sufras al ver como se muere tu adorado Santos...
-No, maldito a el no te atrevas a tocarlo...-dijo tomando su arma y apuntándole, pero el Sapo hizo lo mismo con la suya.
-Voy a acabar con tu maridito...con ese infeliz que tanto te defendió...le tengo preparada una muerte muy buena...-dijo riendo.
-Y a el por que infeliz?-pregunto queriendo apretar el gatillo y acabar con la miserable vida del Sapo, pero no podía, si lo hacia todos irían a ver...no podía matarlo ahí...-Dime por que a el, si la que te quemo vivo fui yo...-pregunto bajando su arma lentamente, el Sapo hizo lo mismo.
-Si no fuera por el tu ya estarías 3 metros bajo tierra...además de que me a echo varias...y me las pienso cobrar...quiero que vea a su amada mujercita en mis brazos..
-Prefiero morirme a estar contigo asqueroso Sapo..-le dio una mirada de odio profundo.
-Odio a Santos, pero no tanto como te odio a ti, y si antes quería acabar con ustedes ahora mucho mas...-dijo mirándola con odio y rencor.
-Pues vas a tener mucho trabajo tratando de matarnos a los dos...-dijo riendo.
-Tal vez pero matar a los cuatro Luzardo Guaimaran bien que vale el esfuerzo...esos 3 son lo que mas quiere y yo me voy a encargar de quitártelos maldita bruja...-dijo amenazándola.
-A mis hijos no les pones una mano encima por que te la corto... con ellos no te vas a meter maldito perro...-quiso darle una cachetada pero el Sapo le tomo la muñeca, haciéndola detenerse.
-Vaya...salió la fierecita...-dijo riendo al soltarla.
-Antes de que tu los puedas tocar...te mato...-le dio una mirada de desprecio, y sin saber como pudo levantarse, se dirigió a el con su arma, pero el Sapo se adelanto y le puso su revolver en la cabeza tomándola.
-Si gritas o haces algo mis hombres matan a tu querido maridito...-dijo bajando lentamente su revolver por el pecho de Bárbara.
-No necesito gritar, ni pedir ayuda yo sola puedo contigo...-dijo queriendo soltarse.
-Si..me haces algo, si no salgo de aquí..mis hombres matan a tu amorcito...-dijo dejándola pálida, mientras recorría su cuerpo con su arma.
-Entonces a que viniste si no me vas a matar...de cortesía?-pregunto sarcásticamente.
-Quería ver si estabas muerta pero te salvaste maldita perra...
-Lárgate de una vez...-le dijo ella.
-Nos vamos a volver a ver Barbarita...-dijo soltándola pero sin dejar de apuntarle.
-Por desgracia si maldito sapo...-lo miro salir de la habitación, Bárbara no pudo mas y se tuvo que apoyar en la pared para no desmayarse, recupero el aliento, se sintió un poco mejor, y se sentó en la cama, pensando que no podía ser cierto, su mente viajo a esa noche había creído muerto a ese infeliz, pero no, estaba vivo, y ella que pensó que lo había matado, recordó sus gritos, sus forcejeos y suplicas para que no lo matara, lo vio forcejear para poder salvarse del fuego, y ella lo ignoro, mirándolo consumirse, hasta que tuvo que salir de ahí, y dejarlo solo consumirse en el fuego, se fue, y después supo que lo habían encontrado muerto por quemaduras ,ella lo creyó, si no fuera por que lo había visto y tocado hace unos momentos pensaría que era un sueño, una terrible pesadilla...estaba vivo el maldito infeliz del sapo.
Bárbara le seguía dando vueltas a ese asunto algo tenia que hacer para protegerse ella, sus hijos y a Santos, no sentía miedo por ella, y Santos ella sabia que de ser necesario bien podría defenderse y muy bien, pero sus pequeños le preocupaban ellos, el sapo no se tocaría el corazón para matarlos, no le temblaría el pulso para hacerles daño...respiro profundo tratando de asimilar todo...en buscar una salida...
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Alonso entro a la recamara con una sonrisa y con una bella rosa roja, entro y cerro la puerta detrás de el...
-Como se siente la paciente mas hermosa de este hospital?-pregunto sonriendo al darle un beso en la mejilla.
-Bien...gracias por preguntar...-dijo sonriéndole.
-Que bueno...es para usted-dijo sonriendo al darle la rosa.
-Gracias esta divina...-le contesto al tomarla.
-De nada...-Alonso la miro perderse en sus pensamientos, mientras tocaba y observaba la flor, como si estuviera pensando en algo en especial...-Te pasa algo mi diosa?-pregunto observándola.
-No...
-Mírame...-le pidió Alonso.
-Que?-pregunto Bárbara haciéndolo.
-Esos ojitos están mintiendo..así que dime que te pasa?-pregunto intrigado.
-Tuve visitas...anoche-dijo Bárbara dejando la rosa en la mesita que había un lado para medicamentos etc...
-Anoche?-pregunto Alonso confundido-Como si cuando me fui ya nadie podía pasar...
-Es que esta visita no  fue del todo autorizada...-dijo arqueando las cejas.
-A que te refieres?-pregunto cruzándose de brazos.
-A que ya se quien intento matarme...
-Que?-Alonso creyó escuchar mal.
-Lo que escuchaste...
-Pero como...que...estas diciendo?-Alonso no entendía nada.
-Anoche, vino a verme ese desgraciado, me amenazo, me dijo que me había salvado de esta...
-Quien fue el desgraciado que provoco esto?-pregunto Alonso cambiando su semblante.
-Alonso...-Bárbara lo miro seriamente.
-Alonso nada, quiero el maldito nombre de ese desgraciado!-pidió Alonso mirando a Bárbara.
-No quiero que te metas en problemas por mi...ya fue suficiente lo que le hiciste a Gonzalo...
-Zuluaga se merecía eso y mas...
-Si, pero yo puedo defenderme sola...
-Pero no estas sola....-Alonso se paso una mano por el cabello, cuando la puerta se abrió dejando pasar a Antonio, interrumpiendo su conversación, ambos se miraron en señal de que no dijeran nada de ese asunto.
-Antonio que bueno que llegas...-lo saludo Bárbara.
-A mi también me da gusto verte Bárbara-sonrió Antonio.
-Perdón es que necesito pedirte un favor...-le dijo Bárbara, haciendo que Alonso arqueara las cejas.
-Claro...lo que quieras...-le respondió Antonio.
-Podrías decirle a los mondragones que necesito que vengan a verme urgente...-pidió Bárbara.
-Supongo que si, yo les diré que vengan, pero para que los necesitas?-pregunto Antonio curioso.
-Bueno...es solo para saber como van las cosas por el Miedo, además que quiero darles unas indicaciones para que todo siga bien, no quiero problemas con las haciendas...ahora menos que nunca-dijo Bárbara rogando por que Antonio dejara de preguntar.
-Ah si yo les digo no te preocupes...-Antonio le creyó, pero Alonso no del todo.
-Gracias...-le sonrió Bárbara.
-De nada, además te tengo dos noticias...-le sonrió Antonio.
-Cuales? Pregunto Bárbara mirándolo con intriga.
-Son noticias buenas...
-Ya era hora Antonio...-se rio Alonso.
-Pues si...-le respondió Antonio de acuerdo con el.
-Que noticias Antonio?-pregunto Bárbara.
-Que vas a poder ver a Santos...-le sonrió Antonio.
-En serio?-pregunto Bárbara sonriendo.
-Si...ya estas mucho mejor así que si podrás verlo!
-Y la otra noticia?-pregunto Bárbara.
-Que tal vez mañana te den de alta, y puedas regresar a tu hacienda...
-Ya era hora!-sonrió Bárbara.
-Sabia que te daría mucho gusto...-le dijo Antonio.
-Ni te imaginas esta que se muere por salir de aquí...-le dijo Alonso a Antonio haciéndolo reír.
-Mucho, me muero por salir de aquí, quiero ver a mi hijos, abrázalos, besar a mis bebés, ya los extraño muchísimo...-sonrió Bárbara.
-Vieras que se han portado tan bien, por lo menos conmigo no dan problemas jejeje-dijo riendo Alonso.
-Si, por suerte que mis sobrinos son casi unos ángeles jajajaja-dijo Antonio riendo.
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Bárbara y Alonso miraron la puerta cerrarse, Antonio acababa de salir de la habitación dejándolos solos, Alonso apenas vio la puerta cerrarse, se acerco a Bárbara, que rodo los ojos y suspiro resignada.
-Ahora que estamos solos a mi si me vas a decir para que quieres a los Mondragón verdad?-dijo Alonso arqueando las cejas.
-Ya dije para que los necesito...-comento ella.
-Ah no, a mi no me vas a salir con eso, que no me lo trago, eso de la hacienda es mentira no lo creo...-sonrió sarcásticamente Alonso.
-Por que no?-pregunto sarcásticamente Bárbara.
-Por que se que algo te traes entre manos mi diosa...y quiero saber que es...vamos hermosa dime-pidió Alonso sonriéndole.
-No te interesa-le dijo Bárbara sonriéndole amargamente.
-Todo lo que tenga que ver contigo me interesa y mucho....
-Por que?-pregunto Bárbara-Tu no tienes por que hacer nada en este asunto...
-Por que me interesa, tu sabes muy bien por que, y no me des esa mirada de resignación-le dijo Alonso.
-Alonso...-Bárbara suspiro.
-Di lo que quieras pero sabes que terminaras contándome todo asi que empieza de una vez...
-Que terco eres!-le reprocho Bárbara.
-Igual que tu preciosa!
-En serio no quiero meterte en esto, es muy peligroso, Santos quiso ayudarme y casi ni la cuenta...
-Bárbara tu sabes que yo no soy precisamente un ángel, e tenido peores, puedo con esto!
-No quiero que te metas en problemas si?
-El problema lo tiene el infeliz que se metió contigo...y de todas formas me voy a enterar...
-Quiero tus narices fuera de esto!
-Por que? Por que no dejas que te ayude?
-Por que...no quiero que te maten...no quiero perderte...
-No lo harás Bárbara, pero este asunto me preocupa mucho...y tarde o temprano lo voy a descubrir...
-Me estas amenazando con inmiscuirte?
-No! Por supuesto que no!
-No me grites!
-Tu tampoco...
-Alonso este tipo es muy peligroso...no quiero que tu termines...a mi no me va a pasar nada Bárbara, pero a ese desgraciado créeme que no le va a alcanzar la vida para arrepentirse...
-Va a pagar muy caro su atrevimiento...-termino completando Bárbara.
-Como se llama?
-Fidel Castel...el Sapo, el infeliz que me violo cuando era casi una niña-solo eso le basto decir a Bárbara, para ver como el rostro de Alonso se tenso, y se torno duro.
-Pero ese maldito esta vivo?-pregunto cruzándose de brazos-No tu me habías contado que tu...ya sabes que estaba muerto...-pregunto pasándose una mano por su cabello.
-Si! Eso pensaba hasta anoche, que lo vi, el maldito se salvo, esta vivo!
-Pero como? Que paso?
-Te acuerdas como te dije que yo...me había encargado de el?
-Si, como no...Pero como se salvo de morir quemado?-pregunto queriendo entender.
-Cuando el estaba en las llamas, escuche ruidos de policías, y obviamente me tuve que ir, y cuando los paramédicos llegaron, lo llevaron al hospital, lo salvaron, y pues...con un poco de dinero logro que lo declararan muerto...-dijo Bárbara recordando las palabras del Sapo.
-Es imposible! Maldita sea su suerte! Pero deja que encuentre a esa maldita rata, ese desgraciado violar va a pagar cada una de las que te hizo...-dijo Alonso dando vueltas por la habitación.
-Estas hablando en serio?-pregunto Bárbara.
-Una vez te dije que si llegaba a tener a uno de esos 5 infelices acabaría con ellos como cucarachas...
-Este tipo si es peligroso, hay que tener con cuidado, ay que saber todo lo mayor posible de el...
-No te preocupes por eso...se muy bien quien puede ayudarnos con eso...-dijo Alonso sonriendo.
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-Fabián? Crees que se quiera prestar a un trabajo como este?-pregunto dudando.
-Si...en cuanto le diga de quien se trata créeme que se ofrecerá solo...-dijo riendo mientras sacaba su celular y marcaba el numero, esperando que contestara...
-Si?-se escucho la voz de Fabián al otro lado de la línea.
-Fabián soy Alonso...
-Alonso...hasta que hablas...que paso?-pregunto riendo.-Por favor dime que Bárbara ya despertó...es eso?-pregunto Fabián.
-Si...ya esta mucho mejor...estoy con ella en este momento...-dijo mirándola sonreír.
-Que bueno, salúdamela....por aquí todo bien...
-Mas vale, no vaya a ser que cuando llegue de mi hotel solo queden ruinas...-dijo Alonso divertido.
-No seria mala idea...ya en serio dime que quieres amigo...?
-Necesito tus servicios como investigador privado...-dijo Alonso.
-Así? Y a quien se supone que debo investigar?-pregunto Fabián interesado.
-A un tipejo llamado Fidel Castel, le dicen el Sapo...
-Fidel Castel...no me suena, ya veré que consigo no tendrás mas datos de el?-pregunto Fabián.
-Si...Bárbara tiene unas referencias de el...-dijo Alonso dándole el móvil a Bárbara.
-Fabián...
-Bárbara! Que bueno que estas mucho mejor...me hubiera encantado ir a saludarte pero ya ves que tu amigo y mi jefe me dejo atado aquí...-dijo Fabián riendo.
-No te preocupes nos serás de mas ayuda desde ahí...-dijo Bárbara.
-Ahora si dime quien es el tal Fidel Castel...
-Es un asesino, violador, un estafador, mato a mi padre, a Asdrúbal y es el infeliz que me violo hace años...-dijo seria.
-Que?-Fabián no salía del asombro.
-Lo que escuchaste Fabián!
-Pero...no ese tipo esta bajo  tierra?-pregunto con la voz llena de confusión.
-Es una larga historia por favor saca lo mas que puedas de el, lo que sea....y luego te explicaremos todo mas detallado...-le pidió Bárbara, antes de darle el teléfono a Alonso.
-Y bien? Que dices?
-Yo averiguo pero ustedes par de locos me deben una buena explicación d esto...algo tienen en mente y presiento que no es nada bueno...
-Fabián...gracias amigo-dijo Alonso colgando el celular, y mirando a Bárbara.
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Los Mondragón llegaron al hospital, sin saber para que la Doña los había mandado a buscar, entraron al cuarto de la Doña, y en cuanto entraron, se sorprendieron de verla muy recuperada, estaba igual de imponente que siempre...
-Doña nos mando a buscar?-pregunto León entrando junto con su hermano, para mirar a Alonso con un gesto de intriga.
-Así es muchachos  yo los mande a llamar...-les respondió Bárbara mirándolos.
-Que se le  ofrece Doña?-pregunto Tigre.
-Escúchenme muy bien los dos, los quiero bien armados...hasta los dientes...-les dijo Bárbara mirándolos seriamente.
-Y eso por que Doña? Que pasa?-pregunto Tigre.
-Pasa que tenemos un viejo enemigo rondando por aquí, y los quiero bien listos para acabar con esa rata...
-Y quien es esa rata?-pregunto León -Si se puede saber...-dijo sonriendo cínicamente.
-Se acuerdan de nuestro viejo amigo Fidel Castel, el Sapo?-pregunto dejando mas que mudos a los Mondragón.
-Pero Doña ese hombre...-Tigre se callo al ver a Alonso junto a Bárbara, y corrigió-Ese hombre esta muerto mi Doña...
-Tranquilo Tigre que Alonso sabe todo acerca de esto, ambos pueden hablar...
-Doña...nosotros encontramos a ese violador, y usted...mato a ese hombre-dijo León.
-Yo creí lo mismo muchachos, pero no es así, anoche estuvo aquí y me amenazo, el esta vivo ese desgraciado...
-Y esta aquí en el Arauca?-pregunto Tigre.
-Si, fue el quien saboteo la camioneta para que Santos y yo nos matáramos...así que los quiero muy bien armados...-dijo seria.
-Si Doña...si nosotros llegamos a ver a ese violador acabamos con el..-dijo León.
-Exacto muchachos, no les tiemble el pulso para dispararle y matarlo, mándenlo al infierno si lo tienen enfrente-dijo Bárbara.
-Y por favor cualquier cosa que vean, lo que sea que les parezca raro, nos lo dicen...-intervino Alonso cruzado de brazos.
-Muchachos además de eso...les tengo otro trabajito, un encargo muy importante...
 -Que encargo Doña?-pregunto Tigre.
-Mis hijos están en Altamira, quiero que estén ahí, vigilando la hacienda, pendientes de que nadie sospechoso o extraño se les acerque...y cuando salga de aquí, ya me encargare del Sapo como se lo merece...-dijo firme de sus palabras.
-Mondragónes quiero a esos bebés bien protegidos y yo les daré un dinero extra...-sonrió Alonso.
-Doña pero si el Sapo esta aquí...y vino anoche...se va a quedar usted sola? Y si el vuelve?-pregunto León.
-Tiene razón León...Bárbara no deberías quedarte sola aquí...-dijo Alonso mirándola.
-Yo puedo arreglármelas sola, se defenderme muy bien, se que puedo con el...-dijo Bárbara.
-No seria mejor si uno de nosotros nos quedáramos a vigilar Doña?-pregunto Tigre.
-No, muchachos a ustedes ya les dije donde los quiero, y además el Sapo no se dejara ver por aquí...-dijo Bárbara arqueando las cejas-No por ahora...
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-Que bueno que por fin ya me puedo largar de aquí…-dijo Barbara a Alonso.
-Si…
-Nos vamos ya? Estoy seguro que quieres ver a Barbarita y a Felix…-dijo sonriéndole.
-No, quiero ver a Santos antes de irme…
-Por supuesto…te esperare afuera si?
-Claro…
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Bárbara entro al cuarto de Santos, sintiendo una presión horrible en el pecho, cerro la puerta detrás de ella, y se quedo unos segundos mirando a Santos conectado a esas maquinas, dormido, pálido, casi sin vida…
Bárbara se acerco a el lentamente, luchando por contenerse sus lagrimas, le tomo la mano entrelazándola con la suya, y le acaricio suavemente su cabello, acercándose a sus labios, para dejarle un dulce beso, al besarlo ella sintió sus labios fríos, extraño ese calor esa sensación que sentía cuando Santos con su sonrisa tan linda y cálida le robaba algún beso, para quitarle el enojo, o solo por que estaban jugando, Bárbara sintió sus ojos humedecerse.
-Mi amor…no me gusta verte así, yo quiero volver a verte como siempre, riéndote, sacándome de mis casillas, quiero que me vuelvas a besar, mi amor te amo, te necesito mi Santos, te necesito fuerte…vivo, mi amor no quiero perderte, nuestros hijos necesitan a su padre, y yo te necesito…Santos no me dejes…mi amor…-Decía mirándolo y acariciándolo con las lagrimas inundando su rostro, mientras besaba su mano, después de unos momentos la puerta se abrió dejando pasar a Cecilia que los miro y su corazón se estrujo, Cecilia cerro la puerta y se acerco a Bárbara, abrazándola, para consolarla…
-No quiero verlo así….lo amo con toda mi alma…-le dijo Bárbara quitándose las lagrimas del rostro.
-Lo se, y el te ama a ti…
-No quiero perderlo Cecilia…
 
-No lo vas a perder…
-Tengo miedo de que no despierte, de que no pueda volver a ver sus ojos, de que no pueda volver a abrazarlo…-Bárbara se derrumbo en llanto con Cecilia, tantas cosas, Santos así de mal y el Sapo vivo…tenia que encontrar una manera de acabar con todo eso.
-Bárbara yo también he pensado así, pero el es fuerte y tenemos que tener fe en que va a salir de esta…
-Si…-dijo mirando a Santos.
-Te voy a dejar sola con el…-le dijo Cecilia saliendo del cuarto.
-Mi amor…te amo…-Bárbara le dio un suave beso…
-Nunca me podrás amar mas que yo a ti…-dijo una voz cansada, débil, Santos hablo casi en un susurro pero para Bárbara fueron gritos…
-Santos!!Mi amor…-decía llorando.
-No…olvides jamás que te amo Bárbara por favor…-le dijo Santos tomando suavemente su rostro, haciendo uso de sus fuerzas.
-Jamás…Santos voy por el medico…
-No, no te vayas por favor no te vayas…-le pidió Santos, ella accedió al acercarse a el…-Dame un beso…quiero tus labios…te amo….-Bárbara lo hizo, se acerco a el lentamente dándole un dulce y cálido beso.
-Santos…te amo…-de pronto como si nada lo que seria el principio del caos se desato cuando las maquinas dejaron de registrar los signos vitales-Santos? Santos!-Bárbara salió en busca del medico y regreso rápido al lado de Santos-Todo parecía estar pasando en cámara lenta. Lloraba desconsoladamente mirando impotente como el doctor intentaba resucitarlo una y otra vez sin éxito…
Continuara...

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