lunes, 16 de enero de 2012

Capitulo 1 "El comienzo"

La noche estaba tranquila en el Arauca, tan tranquilo que el cielo estaba despejado lleno de estrellas, ni siquiera el sonido de los animales interrumpía esa tranquilidad y paz, en el Miedo no había nadie en la entrada estaba despejada todos estaban ocupados en algún asunto, pero esa tranquilidad se vio interrumpida por cascos de caballo a toda velocidad, cuando un par de caballos se detuvieron en el Miedo, la paz se acabo, los cascos de los caballos se vieron acompañados por risas de sus jinetes, y un suspiro del hombre que venia montando el caballo blanco.
-Te gane! Otra vez! Jajaja-dijo Bárbara saltando del caballo y acariciándolo ya en el suelo, mientras miraba a Santos que se estaba bajando de su caballo también.

-Si, esta bien lo acepto, lo acepto me ganaste-dijo suspirando y tratando de recuperar el aliento.
-Me parece muy bien que acepte su derrota doctorcito jajaja-dijo acercándose a el, que la rodeo por la cintura quedando muy cerca.
-No cabe duda, además de ser la mas hermosa del llano eres también la mejor montando-dijo besándola, haciendo que ambos tocaran el cielo con el simple contacto de sus labios poco a poco el beso se intensifico, haciéndose mas pasional, Santos cargo a Bárbara sin dejar de besarse y la llevo a su recamara, entre besos y muchas caricias, la dejo suavemente en la cama. -Te amo Bárbara, te adoro como no te puedes ni imaginar.-dijo Santos mientras la besaba y le acariciaba el cabello a Bárbara.

- Yo también te amo Santos como nunca creí llegar a amar, te amo-dijo ella fundiéndose en sus labios mientras Santos se perdía por cada rincón de su piel, de su cuerpo que le fascinaba y que lo volvía loco.
A la mañana siguiente Bárbara despertó enredada en los brazos de Santos, cubiertos ambos solo por una sabana, cuando ella despertó el ya estaba levantado mirándola embelesado a lo que ella solo le sonrió.
-Buenos días belleza-le dijo Santos besándola suavemente.
-Buenos días mi amor, hace mucho que estas despierto?-dijo mientras se dejaba envolver aun mas contra el pecho de el.
-No, no tiene mucho, solo me gusta verte dormir entre mis brazos, el verte dormir y despertar junto a mi me encanta, belleza quisiera estar así contigo siempre.
-A mi también me gusta y mucho…-decía ella mientras Santos la besaba.
-----En Altamira…
Marisela daba vueltas furiosa por ver la cama de Santos hecha, y ni un rastro de que el hubiera dormido ahí, se paso la noche esperando a que el llegara, hasta quela venció el sueño, pero eso solo sirvió para empeorar su animo ya que había soñado con Santos junto a Bárbara, y eso hacia que se sintiera furiosa, desde que su madre y Santos comenzaron su relación tenia un humor pésimo, pero disimulaba bastante bien frente a Santos, con el se mostraba cálida, tierna, dulce, no quería que se enojara con ella el poco tiempo que no pasaba con Bárbara, entre pensamiento y pensamiento seguía dando vueltas cada vez mas furiosa, en la rec
amara de Santos.
-No puede ser!, otra noche que no llega a dormir, seguro que esta con ella, todas las noches las pasa junto a ella en su cama!, maldita sea esto tiene que acabar a como de lugar, ellos no pueden seguir juntos, el no puede quererla, no, el seguramente solo siente pasión o deseo por ella, pero amor, amor no, amor es lo que el siente por mi, si, si eso es…el me ama pero no se da cuenta solo falta que le de una ayudadita para quitarle la venda de los ojos-Marisela decía estas palabras para si misma, queriéndose convencer ella misma, pero el resultado no fue el que ella esperaba era tanta su rabia que estrello contra la pared lo primero que encontró.
-Marisela pero que te pasa? No puedes desesperarte así, tienes que pensar como separarlos en lugar de estar así por culpa de esa desgraciada, tengo que encontrar una manera de que Santos se olvide de Bárbara, pero como, como demonios hago eso?-se gritaba Marisela por dentro…sin saber que su solución estaba llegando al pueblo.
Al día siguiente
-Así hasta pareces un ángel-le susurro Santos a Bárbara en el oído mientras, ella esbozaba un sonrisa delatando que no estaba dormida.
-Como supiste que no estaba dormida?
-Por que te conozco-dijo besándola, de ese beso siguieron mas y cada vez mas intensos, pero ella los interrumpió…

-Mi amor…mi amor, me encantaría quedarme contigo pero tengo que ir al pueblo-dijo interrumpiendo unos besos.
-Segura? no prefieres quedarte aquí?-dijo Santos besándole el cuello y haciéndole caricias.
-Si sigues haciendo eso no me voy a ir.
-Y por que tienes que ir al pueblo?-pregunto sin dejar de hacerle caricias.
-Mmm, es algo de la hacienda, es un negocio para vender ganado.-dijo haciendo detener a Santos.
-Entonces si es por trabajo, te dejo ir así aprovecho y voy a Altamira, tiene rato que no voy.
-Me parece perfecto-dijo dándole un corto beso, y levantándose de la cama cubierta por solo una sabana.
-Dígame, por que siempre termino haciendo lo que usted quiere?-la beso-Creo que ya recordé por que jaja-dijo abrazándola.
-Ya, me voy a bañar para irme de una vez, por que se me hace tarde-dijo entrando al baño.
-Quieres compañía?-pregunto el desde la puerta con una sonrisa.
-Mmm…Tal vez-respondió con una sonrisa.

Bárbara salió del Miedo, después de vestirse,arreglarse y mientras ella iba al pueblo, Santos iba llegando a Altamira, con una sonrisa en su rostro.
-Vaya…hasta que el señor Santos Luzardo se digna a pisar su hacienda -dijo Marisela con voz cargada de ironía, pero disimulando con una sonrisa.
-Oye…no exageres…que ni que nunca estuviera por aca…
-Es que pasas casi todo el tiempo en el Miedo,con…(estuvo a punto de ofender a Barbara pero al ver a Santos se retracto)… perdón, pero es que no termino de creer que estés con…ella(haciendo una mueca)
-Marisela…perdón pero tengo cosas que ver de la hacienda si?-dijo haciendo el intento de irse, no quería escucharla hablar mal de Bárbara, ella había cambiado, pero tal parecía que Marisela estaba empeñada en recordarle el pasado, y eso no le gustaba para nada, no quería lastimarla, pero si hablaba de mal de Bárbara lo sacaba de sus casillas…
-Santos, por favor, mira yo…bueno tu sabes que te amo, y yo se que tu también lo haces solo que no te das cuenta por que esa mujer te sigue teniendo embrujado, te tiene cegado Santos!, y si tu quisieras si me dieras la oportunidad…yo…(hace el intento de enredarlo con sus brazos del cuello, pero el la aparta)

-No, Marisela no hagas estas cosas, por dios, mira yo te quiero ….si, pero no como tu piensas o quieres…-dijo tratando de no sonar muy cruel, no quería lastimarla.
-Pero es que tu no puedes amar a una mujer como ella!, que…se la pasa coqueteándole y seduciendo a cuanto hombre quiere, ella nunca cambiara date cuenta! Es una maldita asesina, una ladrona, una mentirosa, ella es…ash ella no te ama, no te das cuenta solo esta jugando contigo! En cambio yo…yo si te amo…-dijo molesta.
-Ya basta! no pienso discutir mas contigo, si no quieres creer que tu madre cambio, que esta arrepentida y que me ama no me importa por que no necesito tu permiso para estar con ella, y por esto es por lo que prefiero mil veces estar ahí…con ella que en esta que es Mi casa…sabes que? Mejor me voy de aquí-salió furioso de Altamira

Bárbara no estaba jugando con el ,no,ella lo amaba tanto como el, y desde que estaban juntos ella no miraba a otro,ella le había confesado todo su pasado, y cuando la miro a los ojos supo que de verdad estaba arrepentida y que quería cambiar, y lo había hecho, si bien a veces se le salía la fiera que tenia dentro, a el no le importaba dejaría de ser ella si no fuera así, el la amaba, y ella a el no podía dudar de su amor, Marisela solo lo había dicho para hacerlo rabiar, para fastidiarlo, pensaba Santos pero en el fondo sus palabras vaya que lo hicieron dudar, Santos estaba que ni el sol lo calentaba, estaba intranquilo, necesitaba ver a Bárbara, abrazarla, estar con ella para calmarse, asi que decidió alcanzarla en el pueblo.

Bárbara entro al hotel, dejando a varios sin aliento en especial a un hombre que estaba sentado en una mesa solo, mirándola desde que entro.
-Usted disculpe la tardanza, en serio siento haberlo hecho esperar…

-No se preocupe que esperar a una mujer tan hermosa como usted es un privilegio…usted debe ser Doña Bárbara Guaimaran cierto?
-Si, mucho gusto y usted…
-Diego Moncada, y el gusto es todo mío,-dijo mirándola de arriba abajo con una sonrisa-Me dijeron que usted tenia el mejor ganado de la región, y …en realidad eso no fue lo único me escuche de usted…
-En serio? Y…que mas le contaron?(sonriéndole)
-(Suspira mirándola) Pues que usted es la mujer mas bella del Arauca, y no se equivocaron es mas se quedaron cortos, su fama no le llega ni a los talones…

-Gracias pero hablemos de negocios le parece?
-Por supuesto…
Momentos después Santos iba llegando al hotel, y vio a Bárbara con Diego platicando, nada mas de verla sonrió, no iba a dudar mas, no podía, tenia que confiar, ella no le mentiría, Marisela no podía tener razón, Santos se tranquilizo al verlos juntos supuso que era el hombre que quería hacer negocios con ella tal como Bárbara se lo dijo, asi que decidió esperar a que terminara y esperarla ahí…

-Bueno Diego un placer hacer negocios contigo-dijo mientras se levantaba de la mesa con una sonrisa y extendiéndole la mano.
-Lo mismo digo,es un placer hacer negocio con semejante belleza de mujer…-dijo tomandole la mano.
-Ya Diego(riendo) mira que si mi…
-Estas casada?-pregunto sin soltar su mano.
-No, pero…
-Entonces no tendré ningún remordimiento si hago esto-dijo jalándola de la mano y besándola, la tenia bien sujeta por lo que aunque Bárbara trato de zafarse no pudo,

Santos que vio todo, estaba que mataba al primero que se le cruzara enfrente, sobre todo a ese hombre que estaba besando a su mujer, sentía que la sangre le hervía, tenia los ojos sacando chispas.

-Pero quien diablos te crees para hacer esto?-le grito Barbara a Diego cuando la solto, y le dio una buena cachetada, tomándolo desprevenido pero eso no fue todo ella no supo como, ni en que momento llego, pero de un momento a otro Santos había llegado directamente hacia Diego y le dio tremendo puñetazo a Diego tumbándolo con sangre en el labio, estaba furioso.
-Idiota!,alejate de Barbara! no te atrevas a volver a tocarla entendiste?Ella es mi mujer imbecil!-le grito Santos antes de darle otro golpe, Diego se le fue a Santos y empezaron a golpearse, Barbara los miraba sorprendida si eso continuaba Santos terminarían por matarse, ambos no parecían querer detenerse, estaban dando golpes a diestra y siniestra...
Continura...

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