jueves, 19 de enero de 2012

Capitulo 27"Te amo"

2 Meses después

Bárbara y Santos estaban en la cama abrazados durmiendo plácidamente, en ese tiempo todo había regresado a la calma, poco a poco todos fueron superando ese terrible suceso, era de noche ya tarde ambos estaban durmiendo profundamente, cuando el llanto de un bebe los despertó, Santos suspiro fuertemente y se aferro mas a la cintura de su esposa, que estaba frotándose los ojos para ter minar de despertarse, e hizo el intento de levantarse, pero Santos la tenia sujeta.

-No…un ratito mas…-dijo con los ojos cerrados, como un niño que se aferra a la almohada para conseguir unos minutos mas de sueño, solo que en lugar de una almohada era la cintura de Bárbara, que solo sonrió ante aquel acto-A lo mejor se duerme otra vez…
-Estamos hablando de tu hija… no se va a dormir y si la dejamos así se va a despertar Félix –dijo Bárbara con Santos aun sobre ella.
-No es posible que aun no nos dejen dormir-dijo soltando a Bárbara.
-jajaja esa ni tu te la creíste,
-Mmm que dices?-dijo frotándose los ojos.
-Que es una mentira que sean los bebes los que no nos dejen dormir, cuando usted es el que no me deja dormir a mi-dijo besándolo y levantándose de la cama.
-Mmm y eso le disgusta?-dijo saltando de la cama, abrazando a Bárbara.
-Yo no dije eso-estaban a punto de besarse-tenias razón Barbarita se calmo ya no llora..-dijo besando a Santos cuando el llanto de la nena los hizo separarse.
-Barbarita!-dijeron ambos entre risas.
-Vamos por ella que si no va a despertar al pobre de Félix-dijo Bárbara yendo a la puerta, seguida por Santos.
-Como se parece a su madre-dijo el rodeando a Bárbara con sus brazos, y besándola en la mejilla mientras iban a la habitación de sus hijos.
-Que insinúa doctor?-dijo ella deteniéndolo y mirándolo pícaramente.
-Nada, mejor vamos por nuestra hija, señora Luzardo-estaban a punto de entrar a la recamara de los bebes cuando otro llanto se le unió al de Barbarita
Cuando entraron Bárbara cargo al pequeño Félix y lo mecía entre sus brazos, mientras Santos luchaba por calmar a su hija, que no dejaba de llorar, Bárbara solo lo miraba divertida mientras Félix se fue durmiendo, cuando estuvo segura que se había dormido, lo puso en su cuna, y fue al lado de Santos.
-Mi amor, dámela.
-Esta bien-dijo pasándole a la bebe-Ves ni yo que soy su padre la puedo calmar-dijo el viendo como su pequeña hija se tranquilizaba en brazos de su madre, la mirada de Santos estaba llena de amor y ternura al verlas.Bárbara que estaba mirando a su hija, se acerco a el, y le susurro al oído
-Insinúa que no puede controlar a su esposa doctorcito?-dijo con una ligera sonrisa.
-Digo que mi mujer no deja que nadie la controle-dijo besándola en la mejilla, y mirando a su hija que se había dormido, parecía un angelito, la mirada de Santos y Bárbara reflejaban toda la ternura que sus hijos les provocaban.

-Ya se durmió, la fierecita-dijo acariciando a su hija, con una sonrisa, mientras su mujer le daba un ligero golpe en el brazo, provocando que el riera.
-No le digas así-dijo para luego agregar con una risita-Aunque si es una fierecita.
-De tal madre tal hija-dijo el mientras Bárbara volvía a dejar a la bebe en su cuna.
-Mi amor te puedo preguntar algo?-le pregunto Santos al oído mientras la rodeaba en sus brazos, ambos mirando a sus dos hijos que estaban ajenos de todo dormidos.
-Claro que si.
-Tu te imaginaste alguna ves cuando nos conocimos que algún día tu y yo estaríamos así luchando por dormir a nuestros hijos, y abrazados mirándolos dormir?

-No, cuando te conocí supe que serias mío,-dijo dándose la vuelta para quedar frente a el-pero creo que si alguien me hubiera dicho que yo Doña Bárbara iba a estar abrazada a un hombre que me enamoro locamente, viendo dormir a nuestros hijos no le hubiera creído-dijo pegándose a su pecho.
-Sabes? Soy el hombre más feliz del universo, y con mas suerte-dijo mirando los ojos de la mujer que cada día amaba mas, a la madre de sus hijos y su razón de vivir.
-así y por que?
-Por que tengo como esposa a la mujer mas hermosa-dijo cargándola mientras reía.
-Shh los vas a despertar-dijo Bárbara en brazos de Santos.
-Upss, perdón, mejor vamos a nuestra recamara, que ya es tarde, le parece bien?
-SI, ya me quiero dormir.
-Eso si su marido se lo permite-dijo besándola en el cuello.
-Y luego son mis hijos los que no me dejan dormir? jajaja-dijo mientras Santos la dejaba en la cama, y la besaba con pasión, perdiendo sus manos por su cuerpo.

Al día siguiente, Santos despertó a Bárbara con pequeños besitos y acariciándola.
-Buenos días, amor-dijo Bárbara.
-Buenos días preciosa-dijo dándole un suave beso.
-Por lo que veo usted ya se baño y se arreglo muy guapo-dijo besándolo.
-Si, y los niños siguen durmiendo-unos llantos hizo que Santos hiciera una mueca y que Bárbara riera-o ya se despertaron.
-jajajaja creo que si-Bárbara iba a salir de la cama para ir por ellos, pero Santos no la dejo.
-No te preocupes yo voy.
-Esta bien mientras me baño-dijo besándolo y entrando al cuarto de baño, mientras Santos salía de la recamara.
 Bárbara se baño, y se estaba terminando de arreglar, cuando escucho las risas de Santos , termino de arreglarse y fue a verlos, al entrar vio a Santos jugando con los bebes que estaban en sus cunas, no pudo evitar sonreír le gustaba ver a Santos asi con sus hijos, era lo que siempre quiso.
-Como amanecieron mis bebes hermosos?-dijo ella acercándose a las cunas.
-Pero que guapo esta mi niño -dijo mientras lo alzaba en brazos, Santos solo la miraba embobado con una sonrisa-Tan guapo como su padre-dijo acercándose a Sntos, que cargo al pequeño, mientras ella iba por Barbarita.

-Que hermosa esta mi nena-dijo besándola.
-Las dos están hermosas-dijo Santos detrás de ella.
-Se puede saber por que tan guapos los 3? Que te traes Santos? Dime-dijo mirándolo
-Yo, nada-dijo el inocentemente
-Nada? Estas seguro?-dijo ella acercándose peligrosamente a el.
-Si...
-Santos no me puedes engañar Santos iba a interrumpirla pero ella fue mas rápida-ni ocultar nada-dijo mientras lo miraba, Santos estaba desviando la mirada viendo a su hijo, pero termino cediendo.
-Esta bien tu ganas-dijo resignado, mientras veía como Bárbara sonreía con triunfo.
-Viste mi amor, tu padre no le puede ganar a tu mami jaja-dijo acariciando a su hija.
-Pensaba que podríamos salir a pasear por el pueblo los cuatro, mis dos mujeres-dijo besándolas a ambas- y mi muchacho-dijo besándolo-no se ir por ahí, y comer en el pueblo, sonde tu quieras.
-Solo eso?-pregunto Bárbara suspicaz
-Ay esta bien, y luego pensaba ir con Cecilia para dejar a Barbarita y a Félix con ella y Antonio para que los cuiden esta noche.
-Ah y eso como por que?-dijo ella divertida.
-Ah no, eso no te lo voy a decir.
-Y por que no
-Por que no es una sorpresa que te tengo preparada-dijo robándole un beso rápido.
-Santos dime
-No, no me vas a convencer-dijo el firmemente.
-No?-Bárbara lo miro retadoramente, luego dejo a la bebe en su cuna, y se acerco a Santos mientras le quitaba al pequeño Félix y lo dejaba en su cuna, Santos solo veía a su mujer acercándose a el, el sabia que ella si que podría hacer que le dijera todo, pero el no cedería.
-Dígame, de que se trata todo, que no le quiere decir a su esposa?-Santos solo escuchaba esas palabras de su mujer que estaba detrás de el-No piensa decirme nada?

Bárbara le estaba besando el cuello y con voz sexy le dijo-Dime mi amor que me escondes?-Santos estaba a punto de decirle todo, se preguntaba como era posible que ella pudiera hacerle perder la voluntad-Ya me va a decir?.
-A.. Pues-Santos estaba a punto de decir todo pero Félix comenzó a llorar y Santos reacciono yendo a cargarlo, dejando a Bárbara con una mueca, cargo al bebe y se acerco a ella.
-Mi amor, no seas impaciente, ya veras de que se trata todo, nos vamos?-dijo mientras la besaba.
-Esta bien-dijo cargando a su hija y saliendo de la recamara seguida por Santos que llevaba al niño, cuando salieron en la entrada de la hacienda estaban los mondragones.
-Mondragones…-dijo Bárbara.
-Mande mi doña!!-dijeron ambos.
-Ustedes dos saben que a estado haciendo el señor Santos??-pregunto ella antes de que Santos llegara a escuchar.
-Ehh…pues…-León y Tigre se miraron.
-Les pregunte algo muchachos…-dijo dándoles una mirada retadora.
-Mi doña nosotros le…
-Que pasa aquí?-dijo Santos luego de dejar a Félix en la camioneta, abrazando a Bárbara por detrás, mirando a los mondragones.
-Nada…verdad muchachos…-dijo Bárbara sin quitarles la mirada.
-No será que quieres buscar informes mi fiera?-dijo riendo.
-Yo…
-No te dirán nada…verdad muchachos…-Los mondragones se miraron-Por que no saben nada…jaja-dijo Santos para tranquilizarlos.
-Pero...ahhh! esta bien-dijo de mala gana.
-Nos vamos??-dijo haciéndola reír.

-Si, si vamos…-dijo mirando como los muchachos desaparecían.
-No te quedaras tan tranquila verdad?
-Mmm…no jajaja-dijo besándolo, y subiendo a la camioneta.
Bárbara, Santos y los bebes pasearon un rato por el pueblo, Bárbara tenia un brillo en los ojos que era imposible no notar, dicen que el amor y el dinero son dos cosas que no se pueden ocultar,
Y  Santos bueno Santos estaba orgulloso de ver a su mujer, y sus hijos, se sentía pleno y feliz de saber que tenia una familia que estaba lejos de lo que siquiera hubiera podido imaginar o pedir, le brotaba de los labios una sonrisa tan sincera de solo ver a sus dos pequeños ángeles y a esa mujer que lo tenia tan enamorado, y que era la causante de aquella felicidad que le llenaba el pecho.

Mientras paseaban, los bebes estaban en sus carriolas, despiertos, habían estado muy tranquilitos, pero parecía que ya se habían aburrido de estar ahí, por que empezaron a llorar, por lo que Santos cargo a Barbarita, y Bárbara al pequeño Félix,, en cuanto los cargaron sus llantos cesaron, ante un par de carcajadas de sus padres, en brazos de sus padres lo bebes parecían concentrados en el movimiento del pueblo, mirando las personas que iban y venían, algunas de las señoras que pasaban se acercaban a Santos y Bárbara para decirles lo hermosos que eran, para el orgullo de estos, que solo sonreían y daban las gracias, los bebes se veían despiertos para su corta edad, y obviamente les robaban el corazón al que los miraban.
Llegaron a un parque en el que no había tanta gente, habían parejas en el césped besándose, niños corriendo y jugando ante la mirada de sus padres.
Bárbara y Santos escogieron un lugar bajo un árbol, donde no había tanta gente.
-Mi amor, espérame un ratito aquí, no tardo-dijo Santos dejando a la bebe en su carriola y dándole un rápido beso a Bárbara sin darle tiempo de preguntarle a donde iba, solo lo vio correr.
-Ay Santos-dijo mirándolo desaparecer, con una sonrisa en los labios-hijo ojala que no heredes lo impulsivo de tus padres-dijo acariciando a Félix
-Aunque sea como sea tu padre lo amo con toda mi alma.-dijo besándolo, luego desvió su mirada a su hija que estaba en su carriola entretenida jugando con pequeño juguetito-Por lo menos tu hermanita si se divierte, verdad mi vida?- le dijo al pequeño Félix que hizo un gesto provocando que ella riera, después de un rato, lo dejo en su carriola y le acerco un muñequito como el de la nena, y se quedo absorta mirando a sus hijos.
-Son dos angelitos verdad?, nada que ver con su madre-dijo Santos en su oído, estremeciéndola ya que no lo había sentido llegar.
-Si, son dos angelitos-dijo siendo besada por su marido, a pesar de llevar tiempo juntos, la sensación que ambos sentían al besarse, era como si fuera la primera vez, sentían que tocaban el cielo, al tocar o rozar los labios del otro.
-A donde fuiste?-le pregunto Bárbara
-Fui..
-Seguro que fuiste a coquetear con alguna mujer por ahí y fuiste por allí con ella verdad?-dijo ella maliciosamente con una sonrisa picara, dándole la espalda para ocultar la sonrisa que tenia en el rostro.
Santos estuvo a punto de sacarla a su mujer de su error pero decidio seguirle el juego, después de todo ella empezó
-Ummm, no.. no fui con ninguna mujer,, pero estando por ahí se me acercaron unas señoritas, se nota que no son del pueblo por que no las había visto nunca, claro que yo les dije que estaba felizmente casado y que tenia dos hijos -dijo el haciendo su mayor esfuerzo por contener la sonrisa que luchaba por brotar de sus labios, al ver que Bárbara al oírle decir aquello se giraba rápidamente, y luego lo mas serio que pudo continuo-Claro que eso no pareció quitarles el animo se veían muuy cariñosas-dijo ahora si a punto de reírse al ver como los ojos de su esposa se encendían, le gustaba verla celosa, lo cual era algo que era demasiado raro que pasara, Santos decidió acabar con aquel jueguito de una vez-Pero en cuanto les dije que mi esposa era Bárbara Guaimaran perdieron todo el interés que tenían-dijo haciéndose el inocente.
-Ah si? entonces por que regresaste te hubieras quedado ahí-dijo dándole la espalda, al verla Santos no contuvo su carcajada.
-Mi amor, como si no supieras que solo tengo ojos, para mi esposa, la mujer mas bella, mas hermosa-dijo mientras le daba cortos besitos-en realidad fui a comprar esto, pero gracias a nuestra pequeña conversación se están derritiendo-dijo mostrando sus manos en las que tenia un par de helados a medio derretir.
-jajaja helados? Hace cuanto que no comemos unos?-dijo ella aceptando el que le ofrecía Santos.
-hace mucho jaja-dijo el tomándola por la cintura pegándola a el-entonces me perdonas por esa pequeña bromita?-dijo como un niño que pide perdón después de hacer una travesura.
-Mmm no se jugaste con mis sentimientos-dijo ella poniendo cara seria, para después sonreír y embarrarle un poco de helado en el rostro-Esta bien te perdono jajaja-dijo separándose de el riendo.
-No, no esto no se queda así-dijo yendo hacia ella que seguia riendo-Ven acá, no te vas a salvar-dijo persiguiendo a Bárbara, cerca de los bebes que estaban muy entretenidos viendo a sus padres.
-Atrápame si puedes-dijo antes de evitar ser agarrada por Santos.
-Ya te agarre, tramposa-dijo al jalarla de la cintura-Ahora si estamos iguales-dijo embarrándole un poco de helado en la mejilla. -jajaja te amo-dijo pegándola a el y besándola.
-Tienes una mancha aquí-dijo ella volviendo a mancharlo-jajaja y aquí-dijo mientras le embarraba el helado, y el hacia lo mismo, entre besos y risas, parecían dos chiquillos jugando, el amor entre ellos no se podía ocultar, quien los viera no se imaginaria todo lo que aquel hombre y esa mujer tuvieron que pasar para poder estar así, no, solo pensarían que eran una pareja de novios
-jajaja ya se te acabaron las municiones-dijo Santos viendo que ella ya no tenia el cono de helado y estaba tirado en el suelo, y el tenia el suyo en la mano.
-ese no es problema..
-Ah no por que?-pregunto el sonriendo.
-Por esto-le respondió besándolo y tratando de quitarle el helado, mientras el trataba de impedirlo.
-jajajaja ya, ya me rindo, tu ganas ajajaja, dijo Santos sentándose bajo el árbol.
-Quien te manda a hacerme bromitas-dijo mientras acercaba a los bebes donde estaba Santos sentado, y se sentaba junto a el.
-Pero valió la pena, verte celosa es algo que no se ve todos los dias jajaja-dijo con una sonrisa de oreja a oreja, estar asi con Bárbara era algo que adoraba, en su relación no existía la palabra monotonía o rutina, cada día existía un momento especial como ese, que hacia que agradeciera haber conocido a esa mujer que era la dueña de su vida.
-Celosa yo? Ay claro que no! ya quisieras-dijo mirándolo y recostándose en sus piernas, Bárbara no sabia como era posible que ese hombre le provocara tantos sentimientos y sobre todo tan fuertes, nunca creyó conocer o vivir momentos así con algún hombre, y entonces apareció Santos Luzardo y le cambio la vida, le dio 3 motivos para creer de nuevo en la vida y la felicidad, sus hijos, y el amor que se tenían, eran sus motivos para vivir, para sonreír, para ser feliz, sentía que en sus ojos podría perderse, se sentía plena, tan feliz que cada motivo por mas pequeño que fuera le provocaba que sonriera, sin duda alguna ese hombre era el amor de su vida
-Estabas celosa, aunque lo niegues-dijo el, Bárbara se quito de sus piernas y acerco su rostro al suyo, casi rozando sus labios

-Yo-no-soy-celosa.-dijo mirándolo a los ojos, lo que no vio venir fue que Santos la jalo a el y le comenzó a hacer cosquillas.-Santos jajaja déjame jaja ya jajaj suéltame jaja
-No, esta bien no lo admitas, pero te soltare hasta que digas Santos te amo!-dijo el sonriendo.
-Lo diré jaja solo si jajaja me sueltas
-Como si no te conociera dilo estoy esperando-dijo mientras Bárbara se reía.
-Amo jajaja a Santos Luzardo jaja, ya lo dije jajaja
-Yo también te amo mi vida-dijo riendo y besándola.
-Eres un niño!!,-dijo besándolo.
-Tal vez... pero solo contigo.
-Mas te vale-dijo sonriendole antes de besarlo.-Cuanto falta para que me digas lo que quiero saber?
-que cosa?-pregunto haciéndose el que no sabe nada.
-Lo de la sorpresita, dime de una vez si.
-Ya la veras no seas impaciente-dijo mientras sacaba a Barbarita de la carriola y se la pasaba a Bárbara, mientras el se sentaba junto a ella con Félix en los brazos.
-falta mucho?
-Depende
-Depende?-dijo ella mientras jugaba con su niña.
-Amor, después de comer vamos con Cecilia y Antonio y ahí te digo cuando podrás verla.
-Y no me puede decir aquí, ahora?
-No-
-y solo para aclarar no estaba celosa, tu eres el que se pone celoso por cualquier cosita-dijo riendo.
-Eso es mentira.
-Claro que no, ya me encargare de demostrártelo luego-dijo besándolo.
-Repito es mentira pero no voy a discutir contigo, ahorita solo quiero besarte-dijo acercándose a ella, probando esos labios que hacia que tocara el cielo....

--
Después de un rato de estar los cuatro así, los que miraban pasar a la familia Luzardo-Guaimaran no podían negar que Bárbara si había cambiado, tenia siempre una sonrisa en el rostro y un brillo en los ojos que resplandecían mas al ver a sus hijos, a pesar de no ser la misma la seguían llamando la Doña era igual de respetada que antes.
Santos de ves en cuando fruncía el ceño cuando algún hombre que pasaba junto a ellos se le quedaba mirando a Bárbara y le coqueteaban, intentaba disimular sus gestos pero no pasaba desapercibido para su mujer.

Llegaron a un restaurant al aire libre, en una mesa y colocaron a los bebes junto a ellos, cuando llego el mesero a pedir su orden, se embobo mirando a Bárbara y de vez en cuando le regalaba discretas sonrisas, que ella le devolvía sabiendo que Santos los miraba con un gesto que evidenciaba la molestia que le causaba aquello, pero ella contenía la risa que le provocaba mirar a Santos.
-En un momento le traigo su orden-dijo el mesero regalándole una sonrisa a Bárbara-Señor déjeme decirle que su novia es la mujer mas bella que e visto por aquí, claro con todo el respeto para ambos-dijo el hombre a Santos.
-Muchas gracias-dijo ella con una sonrisa de las que son marca registrada suya.
Santos que ya estaba furico de ver como le coqueteaban a su mujer decidió terminar con esa situación.
-Si, muchas gracias pero no es mi novia, es mi esposa, tenemos dos hijos, y si es una belleza de mujer-dijo Santos con una sonrisa de triunfo mirando a Bárbara, sonrisa que se le borro casi de inmediato.

-Oh perdón por la confusión pero es que usted no lo aparenta-dijo aquel hombre, mirando a Bárbara se estaba partiendo de risa por dentro, pero lo disimulo muy bien, quería darle una pequeña lección a Santos, y de paso hacerlo sufrir un ratito
-Si, mellizos, y si no estuvieras tan embobado mirando a mi esposa te hubieras dado cuenta-dijo Santos irónicamente, con los celos marcados en el rostro.
-Perdón, no era mi intención molestarlo señor-dijo el mesero apenado.
-No se preocupo mi… marido-dijo Bárbara mirando a Santos con una sonrisa cínica y triunfante-tiene razón tenemos dos bebes-dijo acercando la carriola para que los mirara.
-Estos niños están hermosos, tienen unos ojos hermosos igual que los de usted.-dijo sonriéndole.
-Gracias pero ya lo sabíamos, es mas que evidente-dijo Santos a punto de matarlo, haciendo que a Bárbara se le hiciera mas difícil contener la risa.
-Definitivamente estos bebes son tan hermosos como su madre.
-Tardara mucho la comida-dijo Santos furioso de ver a su mujer coquetear con ese imbécil.
Apenas el hombre desapareció Bárbara soltó la risa que ya no pudo contener.
-Mi amor que modales casi matas a ese pobre hombre-dijo riendo.
-Pero que diablos fue eso! Un poco mas y ese idiota se te tiraba encima, y tu le seguiste el juego-dijo mirándola sin ocultar sus celos
-Estas celoso???-dijo mirándolo con una sonrisa.
-Esta bien lo acepto, estoy celoso, y sabes por que? Por que la sola idea de que cualquier imbécil te toque, te bese, me mata, me vuelve loco la idea de tener que compartir un solo pedacito de la mujer que amo, contenta? Ya lo dije-dijo a escasos centímetros de sus labios.
-De echo si, mucho, pero no exageres fue solo un jueguito inocente-dijo besándolo.
-Claro como no fuiste tu la que me vio coquetear con otra..
-jaja sabes que solo te amo a ti, que solo tu eres el dueño de mi corazón, de mis caricias, y de mis besos..-dijo besándolo profundamente.
Terminaron de comer tranquilamente, y fueron a casa de Cecilia
-Hola-dijo Cecilia al abrir la puerta y saludándolos a ambos.
-Tía y Antonio?-
-Esta en el despacho, pero déjame cargar a mi ahijado que hace tiempo que no lo veo-dijo besando a Félix
-Bueno, Antonio esta en el despacho verdad?-le pregunto Santos mientras le daba al niño.
-SI, te estaba esperando para..ya sabes-dijo sonriéndole, Santos beso a Bárbara y se fue.

-Ósea, que tu sabes-dijo Bárbara que estaba sentada en un sofá con Barbarita y Cecilia en otro con Félix.
-SI-dijo Cecilia besando y acariciando al nene.
-Y...
-No, no, Bárbara sabes que te lo contaría, pero esto te va a gustar demasiado como para arruinarlo, además se lo prometí a Santos.
-Pero..
-Lo siento, pero solo te diré que te va a encantar, y la espera va a valer mucho la pena, y como se que ser paciente no es algo que te agrade..
-esta bien, ya entendí ni tu, ni Santos me dirán, pero seguro..
-Ante de que lo intentes Antonio ya fue ligeramente amenazado por Santos para que no te diga nada..
-Cuanto a que logro que me diga?-dijo con una sonrisa ganándose una mirada de resignación de Cecilia.
-Te tengo una propuesta mejor…
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-Mañana en la noche…-dijo Antonio.
-Que??Mañana??No puede ser hoy…
-Los siento pero el encargo no esta sino para mañana…
-Ni modo..

-Bárbara te va a matar-dijo Antonio riendo al ver a Santos.
-Eso si tengo suerte-dijo provocando una carcajada de su amigo-no te burles que en estos momentos debe estar convenciendo a Cecilia que le diga algo.
-Pero ella no dirá nada-dijo sin quitar su sonrisa.
-Exacto, y luego ira por ti-dijo borrándole la sonrisita a Antonio- y mas vale que no le digas nada-dijo señalándolo.
-Francamente le tengo mas miedo a Bárbara enojada que a ti-dijo sonriendo de nuevo
-Pero que gracioso estas hoy.
-Por eso, no debías decirle nada hasta estar seguro, y todo listo..
-Lo se, y no quería pero no te imaginas lo persuasiva que puede llegar a ser esa mujer-dijo sonriendo.
-Me imagino-dijo mirándolo-y puedo ver cuando le digas que tendrá que esperar a mañana? jaja
-Se lo diré en casa
-Seguro? No quieres testigos-dijo burlándose
-Cálmate, que tu igual le cuentas todo a mi tía
-Si, no cabe duda que esas mujeres nos han hecho perder la cabeza-dijo suspirando-pero tu no le dices todo a Bárbara-dijo Antonio serio.
-AH no?-pregunto confundido
-No-luego sonrió-solo lo que a ella le interesa o quiere saber jajajaja.
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Cuando Bárbara y Santos se fueron, Antonio rodeo la cintura de Cecilia.
-Como crees que le vaya a Santos? jajá
-Digamos que Bárbara se va a divertir de lo lindo.
-Solo espero que no se le salga esa fiera que guarda jaja
-jaja eso estuvo a punto de pasar pero le di otra idea que le gusto mas.
-Tu quien lo diría, tu y la Doña tan buenas amigas jajaja
-Si la verdad la quiero mucho, cambio para bien desde que regreso.
-SI yo también le tengo mucho cariño sobre todo por que saca de ti una parte que me encanta..-dijo besándola.
-Y Toñito?
-Dormido-dijo besándola, y cargándola.

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De Madrugada en el Miedo.
Santos volvia a moverse intentando encontrar una posición mas o menos cómoda, no había conseguido dormir, otra vuelta mas, definitivamente era imposible dormir en ese sofa, no podía ni creerlo, estaba durmiendo en un sofá dentro de su habitación, sofá que el mismo había tenido que poner ahí claro por “sugerencia” de su adorada fiera, si Bárbara solo le había dado una almohada y una cobija
Sus ojos viajaron de nuevo hacia su cama, donde estaba muy cómoda durmiendo su adorada fiera, Bárbara estaba tranquilamente durmiendo, al verla por ya habia perdido la cuenta de cuantas veces la había contemplado, no se aguanto mas y solevanto de ese incomodo sofá, metiéndose en el mas absoluto silencio y con cuidado de no despertar a su esposa

-Se te olvido nuestro pequeño acuerdo-dijo Bárbara de espaldas a el, estremeciendo a su marido, en su voz no había rastro de que hubiera estado durmiendo, lo había dicho con voz firme, pero con una sonrisa oculta a Santos.
-Oh vamos Bárbara, no fue mi culpa, no es justo me castigas por hacerte un regalo que te daré después, además ese maldito sofá es increíblemente incomodo, no puedo dormir ahí-le beso el cuello estremeciéndola de pies a cabeza-No contigo tan cerca…
-Me han contado que el agua fría es muuuy buena en estos casos-Santos dejo escapar una risita, y aunque el no pudiera verlo su mujer tenia una sonrisa en el rostro.
-Eres cruel, mi fiera.
Ella se dio vuelta para mirarlo, y con la mayor seriedad que pudo le dijo
-Digamos que no eres mi persona preferida ahorita-y luego dejando ver su sonrisa-Aunque debo admitir que resististe en ese sofá mas tiempo de lo que creí-dijo riendo., y su marido al verla reír se le fue encima.
-Ósea que fingiste estar molesta?
-SI-dijo sin darle importancia.
-Bien jugado, Señora Luzardo como se te ocurrió?
-No todo el crédito es mío, tu tía me ayudo
-Mi tía? Jajaja tu sacas esa parte malvada de ella jaja
-y supongo que tendré que compensarlo por aguantar ese sofá tan incomodo-dijo rozando sus labios.
-Me doy por bien servido con un besito, soy prácticamente tu victima por aguantar ese castigo del sofá, sabes lo que sufrí pensando que estabas molesta?-dijo de broma.
-Una victima?, estas loco
-Si, soy un loco, un loco chantajista al que tienes idiotizado-dijo besándola y perdiéndose en el cuerpo de esa mujer que se le había metido en el cuerpo como una enfermedad

Continuara....

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