sábado, 9 de agosto de 2014

DM2.-Capitulo 29.-"Momentos"

"Hay historias de amor que terminan como empezaron, dejandonos con mas preguntas que respuestas"
Bárbara sintió su corazón latir más fuerte y al mismo tiempo detenerse, tuvo que usar todo su empeño para no titubear y le sostuvo la mirada firme...Santos trago saliva sin poder evitarlo, no podía negarlo, Bárbara estaba hermosa, la había extrañado tanto, aunque se lo negara, y ahora la tenía delante de el...
-Mi amor, que pasa?-pregunto Adriana acercándose a él, notando la tensión en el ambiente, las miradas indiscretas la hicieron notarlo-Todos nos están...-Adriana miro hacia la dirección que Santos tenía la mirada clavada y palideció-Bárbara...-Adriana la miro y se tensó, Bárbara le dedico una sonrisa de satisfacción, sosteniéndose las miradas, Bárbara pudo notar el impacto en Adriana y sonrió altanera, antes de sonreírle con descaro a Santos y Adriana para después desaparecer de su vista, siendo seguida por Ángel, ambos se fueron del salón.

-Bárbara...-Santos murmuro el nombre de la castaña entre dientes, con la mirada aun perdida en algún punto y la mandíbula desencajada, Adriana por su parte se había dejado marcadas las uñas en la palma de su mano de tanto que apretó los puños, y su mirada destilaba la rabia contenida
-Santos, amor...-Adriana lo jalo sutilmente del brazo al ver sus intenciones de seguirla y encontrarla-No creo que sea oportuno que la sigas, se fue con Ángel y no la vi muy interesada en hablar contigo...No te humilles-dijo Adriana al oído del abogado para manipularlo, Santos estuvo a punto de contrariarse pero aun no salía del asombro y decidió no armar ningún escándalo, no esa noche.
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Bárbara se había metido a la primera habitación vacía del hotel, quería estar sola, lo necesitaba, se recostó en la cama unos segundos, maldiciendo a Santos mentalmente, sabía que eso pasaría pero aun así lo estaba odiando como nunca en esos momentos, hasta que la puerta que estaba entreabierta dejo pasar a Ángel, quien la miraba con seriedad
-Una palabra sobre eso y te juro que te corto la lengua-lo amenazo Bárbara con intimidante seriedad, Ángel sonrió levemente, y se acercó a la castaña-Hombre tenía que ser, un macho de...-Ángel la callo al sentarse a su lado, Bárbara lo miro con fastidio

-Quizá yo pueda mejorar en lo mínimo esta noche-dijo Ángel torciendo el gesto, de su saco dejo ver una caja negra, de terciopelo, se la tendió a Bárbara, quien mirándolo con cierta desconfianza la tomo-Ábrelo, es para ti-dijo Ángel, Bárbara asintió sin más remedio y abrió la caja, dejando ver un hermoso collar, era ciertamente de buen gusto, una joya preciosa
-Para ser una rata de alcantarilla, tienes buen gusto-dijo Bárbara admirando la joya, Ángel rio con burla-Es muy hermoso, pero no pienso aceptarlo-dijo Bárbara devolviéndoselo a Ángel, quien negó con la cabeza
-Lo aceptaras y punto-dijo Ángel sacando la joya de su estuche y acercándose a Bárbara, aparto su cabello un poco, dejando descubierto su cuello y le puso el collar, abrochándolo, dejo un suave beso en su cuello, Bárbara no opuso resistencia, no tenía ganas de pelear con él, cuando lo tuvo puesto, Bárbara se miró en el espejo del tocador que había en la habitación, Ángel lo noto y la miro-Es tan hermoso que únicamente puede ser visto en alguien digna de su belleza-dijo Ángel mirándola a los ojos, acercándose a ella, mirando sus labios y besando su hombro, adornado por un suave tirante de su vestido

-Por qué haces esto?-pregunto Bárbara mirándolo con desconcierto, Ángel sonrió de lado-Es mi regalo de bienvenida?-pregunto Bárbara con sarcasmo, girándose para mirarlo con las cejas arqueadas.
-Soy un patán, un maldito imbécil, una rata como me dices-rio Ángel por lo bajo-Pero cuando quiero hacer el amor con alguien, me gusta que se sientan como unas reinas, no soy tan basura como para tomar a una mujer a la fuerza, no soy como mi padre-dijo Ángel sin mayor explicación ni expresión, Bárbara negó con la cabeza y rodo los ojos, apartándose de él.
-Ahora resulta que tienes limites, desgraciado?-pregunto Bárbara cruzándose de brazos y burlándose de él, Ángel sonrió con descaro y asintió al acercarse a ella con seguridad

-Ahora resulta...-Ángel la miro de arriba a abajo, con una mirada de deseo, Bárbara arqueo las cejas-Que quiero hacer el amor contigo, con la devoradora de hombres-dijo Ángel con seguridad, antes de tomarla con firmeza de la cintura y atraerla a él para besarla intensamente, enredando sus dedos entre sus cabellos para profundizar el beso, con deseo, pasión y hasta cierto juego de poder...Eso era, un juego de poder y deseo...Bárbara mordió el labio inferior de Ángel hasta hacerlo sangrar, y Ángel no se apartó, la tomo del cabello y sin soltarla la llevo hasta la cama, ambos en una lucha de besos y caricias para tener el control del otro...
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Sofía había visto a Bárbara entrar al corredor, seguida de Ángel, la había visto mal por ver llegar a Santos del brazo de otra, así que como Bárbara le había pedido fue a buscarla, pero al buscarla noto una puerta entreabierta, se asomó un poco y vio a Ángel tomar del cabello a Bárbara fuertemente y besarla con intensidad, pasión, tumbándola en la cama, y lo que sorprendió a Sofía fue que Bárbara correspondía sin oponerse, Sofía arqueo las cejas y decidió no sacar conclusiones, conocía a Bárbara bastante bien y podía estar segura que aquello tenía un fin bastante claro, toco la puerta varias veces y se apresuró a regresar al salón....
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Bárbara estaba tumbada en la cama, sus manos apresadas por las manos de Ángel, quien sobre ella besaba su cuello, la castaña le correspondía los besos y trataba de ocultar los gestos de desagrado, hasta que tocaron con insistencia la puerta de la recamara y Bárbara hizo a Ángel detenerse
-Espera, alguien estaba ahí-dijo Bárbara levantándose de la cama, empujándolo, Ángel rodo los ojos  y asintió
-Yo también lo escuche-dijo Ángel levantándose y acomodándose un poco la camisa-Debe ser algún idiota que le dio por espiar-dijo Ángel de mala gana, acercándose a Bárbara y rodeándola de la cintura para besar su cuello, Bárbara apretó los puños y no se opuso
-Sera mejor que salgamos, no me gusta este sitio-dijo Bárbara con un gesto de desagrado y alejándose de Ángel, salió de la recamara seguida de Ángel y cerraron la puerta.
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Santos estaba inquieto, se moría de ganas por ir a buscar a Bárbara pero tampoco quería hacer sentir mal a Adriana, después de todo, en ese tiempo ella había sido su apoyo y su compañera, la miro de reojo y sonrió fingidamente
-Quita esa cara, mi amor, no pasa nada-dijo Adriana acercándose para acariciar su rostro y besarlo suavemente, Santos respiro profundo y asintió.
-Perdóname, estaba pensando en que si Bárbara volvió...Barbarita y Félix deben estar en el Miedo-dijo Santos, realmente no era mentira, pero tampoco era totalmente verdad.
-Entiendo-dijo Adriana sonriendo falsamente, esos niños se volverían un problema para ella, Santos se llevó su copa a los labios, al tiempo que veía aparecer a Ángel y Bárbara, la castaña iba caminando, pero Ángel la tomo de la cintura y la rodeo entre sus brazos, pegándola a él para bailar con ella en la pista, Santos trago saliva y sintió deseos de ir a matar al ojiazul que se atrevía a tocar a su esposa de aquella manera

-Yo lo enseñe a bailar, pedazo de idiota-murmuro Santos entre dientes dejando en la barra su trago y apretando sus puños, decidió contenerse y los observaba de lejos, Adriana lo notaba tenso y se esforzó en fingir paciencia, Santos miraba a Bárbara y a Ángel, y cuando Adriana se disculpó para ir al tocador el abogado se acercó a donde se encontraba la pareja.
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Bárbara se libró de Ángel un momento y lo vio encaminarse a buscar un par de tragos, estaba a un par de minutos más de voltearle la cara de un par de bofetadas, pero no le convenía dejarlo en evidencia, aun no, tenía que tenerlo en la palma de su mano...

-Bailamos, Doña Bárbara?-esa voz estremeció a Bárbara por completo, no le hizo falta alzar la vista para saber que se trataba de Santos, quien le tendía su mano para que la castaña la tomara, Bárbara arqueo las cejas y lo miro fijamente, Santos la miraba tan penetrante que le estaba costando no ponerse nerviosa.
-No, muchas gracias, doctorcito, pero yo no bailo-dijo Bárbara con una sonrisa de total descaro, consciente de que la había estado observando momentos antes con Ángel, Santos apretó los puños y sonrió forzadamente
-Mentirosa, estabas bailando muy sonriente con el idiota en turno-dijo Santos con la mandíbula apretada, Bárbara sonrió para sus adentros y fingió inocencia
-Está bien...-Bárbara lo miro desafiante y sonrió ampliamente al levantarse para quedar frente a él, se acercó un poco y suspiro-No se me da la gana de bailar con usted, doctor Luzardo-dijo Bárbara duramente, dándose la vuelta para irse, pero Santos rio y la tomo de la cintura haciéndola girarse y pegándola a él, tomo su mano entre la suya y con la otra la rodeo de la cintura

-Tu no, pero yo sí, y vas a bailar conmigo-dijo Santos apretando los dientes, y prácticamente arrastrándola con él, Bárbara se sorprendió, Santos la pego más a él y siguieron el ritmo de la música, Bárbara no decía nada, y Santos estaba igual de callado, la tensión era evidente y Bárbara comenzaba a desesperarse del silencio, hubiera esperado que en cuanto el la viera la dejara sorda de tantos gritos que le iba a dar, pero no, estaba ahí, pegado a ella y callado
-No me vas a reclamar?-pregunto Bárbara a escasos centímetros de sus labios, Santos la ignoro-No me vas a gritar hasta quedarte sin voz?-pregunto Bárbara arqueando una ceja
-No-fue todo lo que Santos dijo, mirándola fijamente, sin titubeos ni mentiras, Bárbara sintió un nudo en el pecho y trato de disimular
-Entonces...Te vas a desquitar?-pregunto Bárbara tratando de no confiarse del todo, Santos rio levemente y negó con la cabeza
-Tampoco, no quiero gastar mi energía en esas cosas-dijo Santos sin doble intención, para hacerla sonreír, pero Bárbara parecía extrañada

-Entonces?-pregunto Bárbara sin soltarse de él, Santos la miró fijamente unos segundos a los ojos y soltó su mano de la de ella para tocar su rostro y apartar un mechón de cabello de su rostro
-Solo quería bailar contigo...Me lo debes, ya que yo te enseñe-dijo Santos sonriendo con un gesto de descaro, Bárbara rodo los ojos y negó con la cabeza
-Por qué? Por qué no me gritas, no me reclamas, porque no estas furioso conmigo?!-casi grito Bárbara al apartarse de él y detener su baile, Santos no reacciono, se limitó a dar un pasos para acercarse a ella y mirarla fijamente
-Por qué te extrañe-esas palabras de Santos fueron dichas con seguridad, con sinceridad, dejando a Bárbara sin palabras, quieta, Santos la tomo de la cintura fuertemente y la pego a él una vez más, para continuar bailando sin más, Bárbara en el pecho de Santos, quien la rodeaba de la cintura y de vez en cuando deslizaba sus dedos por su espalda para estremecerla, Bárbara se dejó llevar en esos momentos...
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Adriana observo lo sucedido con rabia, apretando los puños y tratando de controlar la furia que sentía, hasta que se fijó en que Ángel salía del salón, decidió seguirlo, si se quedaba a ver a Santos y Bárbara terminaría por causar un gran escándalo y no le convenía hacerlo...
-Me explicar por qué demonios no me avisaste que esa maldita regresaba?-pregunto Adriana después de asegurarse que nadie los estuviera escuchando, Ángel rodo los ojos
-Por qué me entere hoy mismo, y tenía que alcanzarla-dijo Ángel con cansancio, Adriana estaba furiosa-Además, yo no tengo por qué darte explicaciones
-Deberías, Angelito-dijo Adriana con sarcasmo-Por qué no nos conviene que esos dos vuelvan a estar juntos, a ninguno de los dos-dijo Adriana segura, Ángel asintió
-Ya te dije que no lo estarán, tu encárgate de controlar a Santos, y yo me encargo de mis asuntos con la devoradora, me voy a divertir con esa mujer, tú no te preocupes-dijo Ángel sonriendo con descaro, Adriana apretó los puños y dando la media vuelta regreso al salón, dejando a Ángel negando con la cabeza
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Bárbara y Santos dejaron de bailar, quedaron a escasos milímetros uno del otro, a casi nada de besarse, pero Bárbara se apartó y se apresuró a salir del salón, Santos estuvo a un paso de seguirla, pero Adriana apareció para detenerlo y tomarlo del brazo
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Bárbara salió del salón y se encamino a buscar la camioneta, encontró a Alonso, Fabián y Sofía platicando animadamente un poco alejados del hotel, los tres la miraron con gestos de extrañeza, Bárbara se acercó a ellos
-Al que diga una palabra se va a pie-dijo Bárbara al ver las sonrisas de los tres-Quiero irme de aquí, ya!-se quejó Bárbara enojada.

-Pero si apenas empieza la fiesta!-se quejó Alonso dando un sorbo a su trago de licor, Fabián y Sofía asintieron en su apoyo.
-Bebida y baile gratis, no sé si quiero irme aun-dijo Fabián desviando la mirada al ver pasar a un par de mujeres que le sonrieron coquetamente, Sofía rio divertida
-Tienen razón, mejor quédense ustedes un rato más, yo tengo que ir a la hacienda-dijo Bárbara pensándolo mejor, Alonso torció el gesto
-Ni creas que te iras sola-dijo Alonso señalándola, Bárbara arqueo una ceja-Yo tengo las llaves, y no pienso dártelas-dijo Alonso encogiéndose de hombros
-Ni que te las fuera a pedir, Montiel-ironizo Bárbara acercándose rápidamente a él y abriéndole el saco, para buscar la llave en su interior, Alonso rodo los ojos ante las burlas de Sofía y Fabián.
-Eso fue un golpe bajo, Bárbara-rio Sofía divertida, Alonso y Fabián asintieron, Bárbara negó con la cabeza y se despidió de los tres, antes de encaminarse a la camioneta para irse de ahí.
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Santos se quedó dentro del salón, Adriana comenzaba a desesperarse al sentirlo tan ausente, la rabia de saber que estaba pensando en ella, en Bárbara, y que hiciera lo que hiciera no podría evitarlo la estaba consumiendo, haciéndola perder la coherencia y los estribos...
-Santos!-Adriana lo llamo para sacarlo de sus pensamientos, Santos la miro confuso
-Qué pasa?-pregunto desconcertado el abogado, Adriana sonrió levemente
-Estas muy distraído, mejor vámonos a Altamira, no crees?-pregunto Adriana disimulando la molestia de que las miradas indiscretas murmuraran sobre ella, Santos lo noto y asintió
-Mejor, no me gusta estar en boca de todos-dijo Santos tomándola del brazo para salir del hotel, Adriana lo beso suavemente.
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Bárbara no tardó mucho en llegar al Miedo, estaciono la camioneta y espero un par de minutos para respirar profundo y bajar de la camioneta, estaba a punto de entrar a la casa, pero cambio de opinión..
-Madragones!-grito Bárbara duramente, ya había hablado con ellos a su regreso, pero ahora los necesitaba para que le hicieran un trabajito, León y Tigre aparecieron dos minutos después ante la castaña

-Diga, mi Doña-dijo León con su habitual pinta, al igual que Tigre, Bárbara sonrió
-Necesito que hagan una cosa, y la quiero para ayer-dijo Bárbara seriamente, ambos peones asintieron sonrientes conscientes de que algo tenía entre manos la Doña, Bárbara les explico lo que necesitaba y ambos peones soltaron un par de risas
-Lo quiero listo para cuando regrese-dijo Bárbara severa-Y ensillen mi caballo-dijo Bárbara duramente, antes de entrar a la casa a asegurarse de que Barbarita y Félix estuvieran profundamente dormidos.
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Santos y Adriana llegaron a Altamira de la mano, Santos se quedó un rato en la sala para beber un trago de ron mientras que Adriana prefirió subir a cambiarse de ropa, Santos no se contuvo más y decidió salir de Altamira, sentía que necesitaba salir o terminaría enloqueciendo...
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Bárbara cabalgo hasta la poza de los suspiros, su llegada al Arauca no sería completa sin visitar ese lugar....su lugar...Bárbara sonrió ampliamente al ver quien se encontraba ahí, era Santos, quien estaba mirando la poza, perdido en sus pensamientos...Bárbara bajo del caballo y se acercó hasta donde estaba el
-No sé por qué, pero me imagine que estarías aquí-dijo Bárbara con una sonrisa de satisfacción, Santos se giró para mirarlo y trago saliva, no pudo evitar esbozar una leve sonrisa de melancolía

-Se me olvida que eres bruja-dijo Santos con una leve sonrisa, Bárbara rio por lo bajo, la tensión era evidente, ninguno sabía muy bien que decirse en su situación
-Qué haces aquí?-pregunto Bárbara al ver a Santos con la mirada perdida en la poza
-Que no puedo venir a relajarme a nuestra poza?-pregunto Santos mirándola, Bárbara se extrañó al notarlo así, tan tranquilo, sin reclamarle nada-Donde están los niños?-pregunto como si nada, sonriendo levemente-¿Cómo han estado mis torbellinos?
-Dormidos-sonrió Bárbara levemente-Con lo inquietos que son, no es de sorprenderse-dijo Bárbara riendo, Santos asintió-Los dos han estado muy bien, extrañando a su papá, y haciendo desastres como siempre-rio Bárbara por lo bajo, apartando un mechón de su rostro
-Los extrañe mucho, extrañaba que me despertaran saltándome encima o sus gritos que tumbaban toda la casa, sus risas, todo de ellos, me hicieron mucha falta-dijo Santos bajando la mirada, Bárbara sintió una punzada de culpa en el pecho, aparto la mirada y suspiro
-Por qué no me has gritado?-pregunto Bárbara encogiéndose de brazos-No me has deseado lo peor, no me has maldecido, ni amenazado...Perdóname si desconfió, pero es extraño de ti-dijo Bárbara con una mirada suspicaz, Santos esbozo una sonrisa de medio lado
-Por qué te extrañe-dijo Santos sin más, encogiéndose de hombros, con toda la sinceridad que se podía tener-Porque cuando no estabas no hice más que pensar en ti, y por qué recordaba los buenos momentos, no te niego que estuve furioso contigo, demasiado molesto, pero...te extrañaba-dijo Santos con aires de derrota, Bárbara arqueo las cejas
-Tanto que te vi feliz besuqueando a la viborita que tienes viviendo contigo-dijo Bárbara duramente, Santos se tensó-No estoy para tus jueguitos, tengo que irme-dijo Bárbara dándose media vuelta, pero Santos se apresuró a tomarla del brazo y tomándola del cabello le robo un beso, uno intenso, apasionado, con deseos y amor contenido, enredando sus dedos entre los cabellos castaños de Bárbara, un beso que los dejo sin respiración

-¿Qué es lo que pretendes ahora?-pregunto Santos a escasos centímetros de ella, volviendo a besarla intensamente, desesperado por sus labios-Hacerme olvidar todo? Que me arrastre por ti?-pregunto Santos con los ojos cerrados, mientras que Bárbara parecía no inmutarse, hasta que corto aquel beso y se apartó de el
-Lo que yo pretendo...Ya lo sabrás, pero créeme...no es ningún juego, y tampoco pretendo hacerte olvidar, porque yo tampoco olvido-dijo Bárbara encaminándose a su caballo, montándolo de un salto y alejándose de Santos, quien estaba aún más confuso.
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Ángel entro a su hacienda con un gesto de satisfacción, comenzaría a divertirse muy pronto, y no pensaba titubear para conseguir lo que quería, y si todo salía de acuerdo a lo que tenía planeado, el Miedo, y todo la fortuna de Bárbara terminaría en sus manos...
-Se le ofrece algo, señor?-pregunto una de las empleadas de la hacienda, Ángel salió de sus pensamientos y la miro

-Sí, quiero que dos habitaciones estén listas para mañana mismo, mi mujer y sus hijos van a venir a vivir conmigo-dijo Ángel con una amplia sonrisa de victoria
-Claro, señor-dijo la mujer asintiendo, la curiosidad estaba ahí, pero Ángel la intimidaba demasiado como para atreverse a preguntar sobre el tema, así que decidió dar media vuelta y dejar a su patrón solo en la sala, Ángel rio por lo bajo y se encamino a su recamara.
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Santos llego a Altamira y se fue directo a su recamara, se dio una ducha para relajarse y se recostó en su cama, cerró los ojos, pero se despertó al sentir el contacto de unas manos sobre su pecho, Santos abrió los ojos y vio a Adriana sonreírle para después besarlo en los labios

-Te estuve esperando-dijo Adriana sonriéndole, al acostarse a su lado-Como no llegabas fui al otro cuarto a cambiarme de ropa en lo que llegabas-se explicó Adriana besando su pecho hasta llegar a sus labios, Santos se estremeció y por instinto llevo sus manos a la espalda de Adriana, quien solo estaba cubierta por la sabana de la cama
-Quise dar una vuelta, para pensar-casi murmuro Santos siendo callado por los besos de Adriana, no era la primera noche que pasaban juntos y ella no tenía intenciones de que fuera la última-Adriana...-Santos correspondió un fugaz beso, y trato de apartarla, pero Adriana volvió a besarlo, Santos cerro los ojos y se dejó llevar, en un instante estaba tomando a Adriana con intensidad y besándola con pasión...
-------Flash back
Bárbara y Santos estaban en la camioneta de camino a casa de Cecilia para ir a buscar a los mellizos que había pasado la tarde ahí, para no variar demasiado venían discutiendo, Santos conducía y Bárbara iba de copiloto

-Eso quiere decir que todavía te acuerdas de los besos que te metías con la estúpida de la pechugona artificial-dijo Bárbara en su defensa, antes de que Santos pudiera decir algo más
-No me quieras dar la vuelta, estamos hablando del idiota ese que se te quedo mirando descaradamente el escote, y tú le sonreíste-dijo Santos celoso sin apartar la mirada del camino, Bárbara arqueo las cejas
-Eres un imbécil, ni que fuera a meterme con el-dijo Bárbara para molestarlo un poco más, le divertía verlo celoso, Santos apretó la mandíbula y centro su mirada en el camino
-Por supuesto que no, no delante de mí-dijo Santos entre dientes, Bárbara rodo los ojos y negó con la cabeza y oculto su risa, Santos la miro de lado y arqueo una ceja al verla reír, por su mente paso una idea mejor de darle la vuelta a la situación-Por lo menos Luisana nunca me daba estos dolores de cabeza-dijo Santos en un susurro, lo suficientemente alto como para que su esposa lo escuchara y se le encenderán los ojos de la rabia
-Para la camioneta-dijo Bárbara con dureza, Santos la miro sorprendido y devolvió la mirada al camino que tenía enfrente, no creyó que fuera para tanto, pero debió suponerlo-Que pares la maldita camioneta o te juro que me tiro y sabes que no estoy bromeando-amenazo la castaña evidentemente enojada, Santos trago saliva y arrepintiéndose mentalmente detuvo la camioneta
-Bárbara, mi amor, fue una broma, no te enojes-se excusó Santos, Bárbara rodo los ojos y bajo de la camioneta, Santos torció el gesto y bajo también, se apresuró a seguirla y tomarla del brazo para meterla, pero al ver la mirada asesina que Bárbara le tiro se arrepintió-Fue una broma, tu empezaste el jueguito y no...

-Cállate! Cállate Santos Luzardo...-amenazo Bárbara señalándolo, Santos se quedó mudo y trago saliva, Bárbara tomo a Santos por la camisa, besándolo intensamente, tomándolo del cabello y mordiendo su labio inferior, Santos la rodeo por la cintura y le correspondía muy pasional.
-Comienzo a sospechar que tienes algo de bipolar, mi fiera-dijo Santos al separarse de ella, para tomar un poco de aire, Bárbara sonrió maliciosamente-Pero no tengo queja alguna, me encantas-dijo Santos volviendo a devorar sus labios con pasión
-Te voy a dejar bastante claro que no hay comparación entre esa princesita del chiquero y Doña Bárbara, y más aun...te voy a dejar marcado que tú eres el dueño de mis besos, de mis pensamientos y de mis noches-dijo Bárbara tomándolo de nuevo para volver a besarlo...

Santos no resistió más y la acorralo contra la camioneta, Bárbara se las ingenió para abrir la puerta de atrás de la camioneta y Santos prácticamente la tumbo sobre el asiento, el lugar no era el más cómodo, pero ninguno parecía detenerse a poner queja alguno...Bárbara besaba el cuello de Santos y le quitaba la camisa con movimientos expertos, mientras que Santos parecía devorar los labios rojos de Bárbara...
--------------------Fin flash back.
Santos volvió a la realidad de estar tumbado en la cama de su recamara de Altamira, notando que la mujer que lo besaba y que el correspondía no era Bárbara, era Adriana, Santos se tensó de repente y sutilmente se apartó de ella...
-Adriana, perdón-dijo Santos apresurándose a salir de la cama y ganándose una mirada confusa de Adriana, quien se cubrió con la sabana de la cama-Perdóname
-Qué pasa?-pregunto Adriana levantándose de la cama, Santos trago saliva

-Nada, es que...esta noche no fue fácil-dijo Santos excusándose- Perdóname, pero...creo que hoy debería dormir solo, no quiero que lo tomes a mal-dijo Santos incomodo, sabía que no podía sentase de otra manera, pero no se le ocurrió algo mejor que decirle, Adriana apretó los puños disimuladamente y conteniéndose la rabia salió de la habitación de Santos...
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Bárbara salió de la recamara de sus hijos y se iba a meter a la suya, pero en la sala encontró a Sofía, sentada en uno de los sillones con un tequila en la mano, Bárbara arqueo una ceja y se acercó a ella, Sofía sonrió descaradamente
-Te habrás salvado del par de babosos que se pierden detrás de un par de piernas, pero no de mí, Bárbara-dijo Sofía arqueando las cejas y riendo divertida, Bárbara tomo asiento en el sofá
-No sé de qué hablas, Sofía-dijo Bárbara inocentemente, sirviéndose un caballito de tequila de la botella que había en la mesa, Sofía rodo lo ojos

-No?-pregunto Sofía siguiéndole el juego-Veamos...El hotel, una cama...y ah sí, Ángel devorándote a besos, ya se te refresco la memoria, querida?-pregunto Sofía con descaro, Bárbara esbozo una leve sonrisa
-Y eso qué? Es guapo, rico...-Bárbara lo decía con fingida inocencia, Sofía torció el gesto
-Y el mismo hombre que te quería matar, hijo de uno de esos infelices, tu estas delirando, tanto tequila ya comenzó a pasar factura!-se quejó Sofía sorprendida, Bárbara rio divertida
-Por supuesto que era una farsa-rio Bárbara negando con la cabeza-Yo sé lo que hago-afirmo Bárbara convencida, Sofía torció el gesto
-Lo imaginaba, tendrías que estar loca para...-Sofía hizo un gesto de escalofríos para darse a entender, Bárbara se levantó del sofá y rio
-No, yo estoy muy cuerda, y el que va a terminar enloqueciendo y en la palma de mi mano, va a ser otro-dijo Bárbara sonriendo maliciosamente, se levantó del sofá- Ahora, tengo que cambiarme, creo que daré un paseo para poder dormir-dijo Bárbara riendo, Sofía rodo los ojos

 -Hay mujer, había escuchado historias, pero tu estas verdaderamente loca!-grito Sofía riendo, antes de beberse el tequila de un trago, siguió a Bárbara a la salida de la casa y la vio hablar con los Mondragón, tomar algo y luego montar su caballo para salir del Miedo, Sofía arqueo las cejas y rio para sus adentros-Ahora que estarás planeando, mujer...
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En Altamira ya todos estaban en sus habitaciones, todos dormían profundamente, la calma reinaba...Bárbara llego a la hacienda y desmonto un poco alejada de la entrada, se las arregló para entrar a la casa sin hacer ruido y sin que nadie la viera, después de todo había vivido ahí un buen tiempo y conocía algunas mañas para hacer, Bárbara subió las escaleras hasta la recamara de visitas y con cuidado abrió la puerta...

-Se te acabo la fiesta, viborita, te sacaron de la cama de mi marido-murmuro Bárbara en un sonido casi inaudible, con cuidado se acercó a la cama de Adriana para mirarla mejor, estaba profundamente dormida-Ojala hayas disfrutado mi ausencia, pedazo de estúpida, porque desde esta noche...no vuelves dormir con mi hombre-murmuro Bárbara sacando el pequeño costal que le habían dado los Mondragón -Shh...Con cuidado-Bárbara saco con calma y mucho cuidado una serpiente del costal-Te voy a dejar aquí, lo siento...Ojala esta víbora no te envenene...-murmuro Bárbara al dejarla sobre la cama de Adriana, quien profundamente dormida no se enteraba de nada, Bárbara sonrió para sus adentros y salió de la recamara
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En la recamara de Santos, el abogado dormía profundamente, ajeno a cierta castaña que entro a la habitación y sin hacer ruido se acercó a su cama, Bárbara lo miro por unos segundos, con una pequeña sonrisa en el rostro...
-Yo también te extrañe, mi amor-susurro Bárbara acariciando su rostro suavemente, sin querer despertarlo-Pero esta vez será distinto, tu tendrás que aprender la lección y cooperar-sonrió Bárbara pícaramente, antes de darle un suave beso en los labios y salir de la habitación...